Hace siete años mi corazón palpitaba repicando alegre de festejar el mismo día (16/11/2010) el reconocimiento, por parte de la UNESCO, del "Flamenco" y los "Castellers". Tradiciones culturales de Andalucía y Cataluña respectivamente.
En el documento presentado a la Unesco se recalca que "el flamenco es
una expresión artística producto del cante, la danza y la música" y que
"es la más significativa y representativa manifestación del patrimonio
cultural inmaterial del sur de España, representando una aportación
única de la cultura española en el mundo". También incide en sus
funciones sociales: el flamenco da identidad a comunidades, grupos y
personas; aporta ritos y ceremonias de la vida social y privada; y crea
un vocabulario y corpus de expresiones.
Del mismo modo, els Castellers destacaron su "espectacularidad" como manifestación cultural basada en la autosuperación: "Para sentirse ganador no tiene que perder
nadie", además de señalar que se borran las "jerarquías" y
no hay individualidades. La tradición de construir torres humanas en las plazas catalanas comenzó
en Valls (Tarragona) hace 200 años y aunque al principio estaba
delimitada al área de Tarragona y en la comarca del Penedès, se ha
extendido a toda Cataluña en los últimos 50 años.
Ambos signos de identidad merecen el más digno respeto hacia el pueblo que vive, siente y piensa honrando sus tradiciones y bienes culturales de manera pacifica más allá de la política y como sociedad ennoblece defender; el conocimiento, los valores y la tolerancia sin violencia.
Sin ARTE la VIDA sería un error.
Friederich Nietzsche